Las lágrimas de San Lorenzo

Tenía tantas ganas de vacaciones, que casi ni me despedí de los compañeros del trabajo, ni de la ciudad, ni de nada…Sabía que mi primera parada importante de estos días sería Linarejos de la Carballeda, en plena Sierra de la Culebra, donde se alza nuestra casa de turismo rural “El Mirador de las Candelas”, en medio de la reserva de caza, entre ciervos y lobos, besando ya las tierras de Portugal…

 Sea cual sea nuestro destino anterior o posterior, sabemos que necesitamos dedicar unos días, esos que coinciden cada verano con las «lágrimas de San Lorenzo,  al cuidado de nuestra casa, a su puesta a punto de nuevo para el resto del año, y es entre sus paredes y rincones de su mágico jardín donde vuelvo a vivir días placenteros, de soles redondos, verdor de monte y azules que enrojecen al llegar la tarde, entre siluetas de montañas que serpentean como una gigantesca culebra, recortando el horizonte.

Me encanta leer aquí, con la paz del comienzo de la tarde, a la sombra del seto de castaño, como si nada importara, el tiempo no pasara y las noticias horribles del horrible mundo no fueran ciertas. Sí, la verdad es que me encanta estar en este lugar. Por eso no me da pereza el viaje, o madrugar cada mañana para preparar desayunos especiales, como los de esos días que pasamos juntos, esperando las noches de estrellas fugaces, impagables…

Magdalenas y pan de leche han sido los dulces más solicitados, así que hemos tenido que repetirlos varias veces. Las primeras ya han sido objeto de una entrada de este blog, y eso que en esta ocasión olvidé mis moldes y no he tenido más remedio que hacerlas solo con las cápsulas, lo que estéticamente resulta siempre menos logrado, pero en fin…toca, pues, dedicar este post al pan dulce. Mirad qué bueno:

Para este pan, en cuya elaboración he contado con la inestimable ayuda de mis pinches-sobrinas Natalia y Marta, y que tiene un sabor muy similar al de los suizos, los ingredientes necesarios son estos:

250 ml de leche, 60 gr. de mantequilla, 60 gr. de azúcar, 40 gr. de levadura fresca prensada, 450 gr. de harina de fuerza y una cucharadita de sal.

Elaboración: Batimos bien la leche, la mantequlla y el azúcar. Si lo hacemos en Thermomix, programamos 2 minutos, temperatura 37º y velocidad 2.  Añadimos la levadura y mezclamos bien, o programamos 5 segundos, a velocidad 4. Incorporamos la harina y la cucharadita de sal y mezclamos manualmente, o 15 segundos a velocidad 6. A continuación, amasamos hasta que no se nos pegue a las manos, o programamos 3 minutos, vaso cerrado y velocidad espiga. Damos a la masa la forma que queramos, hacemos unos cortes en la parte superior y pincelamos con un poco de leche y azúcar mojado. Dejamos que doble su volumen, precalentamos el horno a 200º y cuando la masa haya crecido, dejamos que se haga el pan dulce durante media hora (un poco menos si la hemos dividido en bollitos).

Pienso en Linarejos y me siento tan privilegiada… Hay una fuerte conexión entre nosotros y este lugar de ritos celtas, donde creen en los duendes y la sombra casi imperceptible de los corzos acompaña los paseos entre robles. Qué suerte la nuestra, cuánta energía nos inunda cada año para enfrentarnos a los problemas y preocupaciones y que estas nos parezcan mucho más pequeñas…llevamos prendidas a nuestras pupilas esas puestas de sol, y ese sabor sí que es dulce…