Pingus

Nunca, hasta hoy, había contado la historia de Pingus en el blog. Realmente me parece algo muy extraño, porque no solo está en mi sobrenombre, sino que desde hace mucho tiempo forma parte de nuestras vidas, ha crecido con nuestros niños, nos ha enseñado los colores y fragancias del bosque, ha vigilado nuestro hogar y se ha colado en nuestros sueños.

Hace ya unos cuantos años, me regalaron este libro:

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Pingus es un duende pequeño como un hongo, de casaca y capucha rojas, que usa las hojas del castaño como relleno para su colchón. La primera vez que recorrimos el bosque de Santa Cruz de los Cuérragos, la población más cercana a Linarejos, donde se alza nuestra casa de turismo rural, «El Mirador de las Candelas», nos dimos cuenta de que ese, y no otro, era el lugar elegido por Pingus para vivir. Y desde aquella primera vez, nunca ha dejado de acompañarnos. Aparece y desaparece cuando tiene hambre o frío, cuando necesita acurrucarse entre la leña o buscar las cosquillas del sol entre las lavandas de nuestro jardín.

A cambio, Pingus nos guió hace tiempo hasta las piedras mágicas, que hemos ido acumulando en tarritos y carteras viejas, por si alguna vez nos hacen falta…No sé por qué, el otoño me recuerda a Pingus más que ninguna otra época del año. Tal vez porque es el momento en el que los castaños dan su fruto y esa alfombra de hojas doradas del bosque recibe centenares de erizos que encierran su tesoro.

Así ha sido también parte del paisaje durante nuestra etapa otoñal del Camino de Santiago, a través de los Montes de Oca, en Burgos.

Camino Santiago Burgos

Esta vez la lluvia nos acompañó, mansamente, como un caricia casi imperceptible pero impenitente y continua. Al llegar a Castrojeriz, la entrada en San Antón fue tan especial que aún puedo sentir la sacudida que disparó todas mis emociones al ver el banquito verde donde David Arranz nos hizo esa foto a Julián y a mí, cuando en aquel lugar solo había ruinas. JULIÁN Y YO EN CASTROJERIZ0105

Gracias, Ovidio, por llenar a mi lado, una mañana lluviosa, el lugar que tu hermano ya nunca podrá volver a ocupar

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La visita a Castrojeriz nos reservaba una sorpresa tres kilómetros más allá de nuestro destino, donde se alza un convento de clarisas, cuyos dulces fueron el reclamo para algunos de nosotros, empeñados en llevarnos una cajita de “Puños de San Francisco”.

Sabía que en algún lugar de mi biblioteca se escondía un libro sobre la cocina de los monasterios y, a la vuelta, lo busqué…y lo encontré

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Y ahí estaban los «Puños de San Francisco»

Puños de San Francisco

Con la receta hice un solo pastel: una plancha de bizcocho emborrachada de almíbar y rellena de nata montada, que decoré con caramelo y frambuesas, los frutos favoritos de Pingus.

Brazo de San Francisco

Este “Brazo de San Francisco” se lo dedico a mis compañeros del Camino, especialmente a los dos locos dispuestos a andar lo que hiciera falta para llegar a tiempo al torno de las clarisas de Castrojeriz: Amaia y Benjamín

Amaia y Benjamín

Tenía tantas frambuesas que decidí hacer unos muffins para el desayuno

Muffins de frambuesas

He tardado mucho, demasiado, en volver al blog, de modo que se me han acumulado las fotografías y los dulces de todas estas semanas. Y sí, a pesar de las ocupaciones, del creciente trabajo y de los compromisos que no cesan, he hecho nuevos cupcakes de Halloween, con bizcochitos de chocolate blanco, buttercream de vainilla y unas arañitas elaboradas con galletas Oreo y tiras de regaliz. ¡Me encantan!

Cupcakes arañas 1

No sé cómo estará Pingus. Ya hace frío en Linarejos, los ciervos se refugian tras la berrea en la profundidad del bosque y el lobo acecha, con sus ojos brillantes y su paso sigiloso. Puede que, en Santa Cruz, se haya alfombrado de erizos el paseo de los castaños y el pequeño de roja capucha se vea obligado a resguardarse, buscando el humo de alguna chimenea.

Cierro los ojos y pienso en lo rápido que han pasado estos meses. La última vez que estuvimos en Linarejos era verano y el día no se quería ir nunca. Veo las fotos y parecen las de un playa idílica, aunque no lo sea. El agua limpia, el sol ardiente, la risa clara..
Verano Linarejos 1

Deseo volver. Necesito caminar de nuevo y quiero hacerlo por los bosques que recorre nuestro duende, sin prisa.

Camino Santiago Burgos 5
Escuchó aquel chasquido de hojas secas, las vio brillar en la espesura del bosque, chispeó la lluvia como una campanilla, y Pingus supo que la magia existía y que estaba allí.

2 comentarios en “Pingus

  1. Que bonito Ana, yo tambien echaba de menos leer tu maravilloso blog, me encanta la manera de describir tus sentimientos y vivencias.Por momentos me haces soñar que soy tu y grande que eres. Tu compi de por vida, Un beso enorme.

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